domingo, 3 de octubre de 2010

SAN VICENTE DE ARANA

La villa de San Vicente de Arana se encuentra en el extremo más occidental del valle de Arana a 795 m. de altitud. Madoz en su diccionario geográfico-estadístico-histórico de 1845-50 la escribe así "villa con ayuntamiento de por si. En la prov. de Alava (7 leg. a Vitoria), dioc. De Calahorra, y part. Jud. De Salvatierra: sit. al S. Del puerto de Santa Teodosia en una vertiente casi llana, en el hermoso valle de arana; ceñido por N. y S. de elevados montes; clima frío, pero muy sano. Reune 56 casa y la tiene para el ayunt. Con buena sala consistorial: la cárcel con dos calabozos, es segura y sana: la escuela para ambos sexos, esta dotada con 33 fan. De trigo y concurren a ella unos 100 alumnos."

La población de San Vicente fue componiéndose de vecinos de las aldeas cercanas durante el reinado de Fernando IV. Uno de los focos era Berberiego, documentada desde 1252 y al norte de la actual villa. La villa fue cabeza de uno de los cuatro Arcedianatos , que junto con el Calahorra, integraban la diócesis. Este Arcedianato data del siglo XII y comprendía en 1257 los Arciprestazgos de Viana, Bernedo, Arana y Arraia.

El origen de la palabra Arcedianato proviene de la palabra latina archidianocus; el primero, el superior de los diáconos o ministros de la iglesia. El arcediano estaba por encima del arcipreste rural, párroco y demás sacerdotes.

Los habitantes de Berberiego, propietarios del lugar, eran extorsionados y víctimas de abusos por parte de ricos hombres e hidalgos infanzones de Castilla y Navarra que los obligaban a pagar tributos y ejercer la servidumbre. Por esta razón tuvieron que abandonar el lugar y se trasladaron "en derredor de una eglesia que dezien San Vicent". Creando hacia 1295-1312 una nueva puebla en terreno realengo ("e fizieron puebla nuevamente") buscando la protección del rey.

Como los antiguos señores vieron frustradas sus intenciones de obtener rentas acosaron a los campesinos, por medio de robos y asesinatos, para forzarles a que regresaran a sus abandonados solares. López de Guereñu cita en el apartado de mortuorios de despoblados de su Onomasticon Vasconiae que, según parece por documentos de aquella época, hacia 1257 no contaba Berberiego mas que con una casa y en 1326 se hallaba completamente despoblado no quedando en pie mas que la ermita de S. Esteban, recuerdo de la antigua parroquia que parece se arruino a mediados del pasado siglo. Todavía cita Medoz para 1845-50: ".../... al N. y a 1/8 de legua esta la ermita de San Esteban iglesia parroquial que fue del hoy despoblado Berberiego .../...". En el archivo parroquial se conservan interesantes pergaminos de los siglos XIV y XV detallando los pleitos y vicisitudes que pasaron los de San Vicente hasta conseguir ser villa realenga, emancipándose de Berberiego.

No obstante, el nuevo poblado de San Vicente estaba situado en el término y bajo la jurisdicción de otra villa, Contrasta, por lo que surgieron conflictos. Los vecinos de San Vicente pusieron una queja ante el rey Alfonso XI en la que indicaban que si no se daba una solución a sus problemas dejarían despoblado el lugar y se trasladarían al reino de Navarra.
".../... los concejos de Contrasta de Sant Vicente, por si e por sus aldeas, se nos enviaron querella r../..." .

Los de San Vicente solicitaban constituirse en villa. En un año indeterminado entre 1312 y 1319 obtienen el fuero para su puebla de la reina-abuela doña María y de los infantes Juan y don Pedro, tutores de Alfonso XI en la minoría de edad, otorgándoles así carta y privilegios de población ".../... para que los nuevos habitantes de San Vicente fuesen mas ricos e mas amparados para mi e para mio servicio .../..."

La villa en los documentos del siglo XIV aparecerá citada como “Sant Viçente de Arana”.

Aún con los privilegios se vieron obligados a pagar ciertos tributos contrarios al fuero. Como consecuencia de ello en 1326, aprovechando la mayoría de edad del nuevo monarca Alfonso XI, obtienen de él que se les otorgue el título de villa independiente de Kontrasta y con fuero de Vitoria. De esta forma San Vicente queda como ".../...Real y villa sobre si, sin la voz de Contrasta, con el fuero de Vitoria y autorización para cerrarla a costa de la misma villa.../..."


Como lo habían hecho ya en las aldeas de Ullíbarri y Alda, los Gaona y sus sucesores los Lazkano trataron de extender sus señoríos a San Vicente. Sin embargo, la villa siempre estaba bajo la protección de los reyes. Prueba de esta protección es la sentencia de la reina doña Juana, del 23 de Abril de 1505, en la que se nombra a la villa realenga, en contra de las intenciones de Don Bernardino de Lazkano, señor de Kontrasta y sus aldeas. Un siglo y medio más tarde, en 1638, Felipe IV confirmaba a la villa sus privilegios realengos. En 1513, la reina liberaba a San Vicente de pagar el tributo anual de mil maravedíes y treinta fanegas de trigo. Posiblemente por eso aparecen los escudos de Doña Juana y Don Felipe en la parroquia de la villa. Ya en 1638 Felipe IV confirmaba a la villa sus privilegios realengos.